sábado, 28 de enero de 2012

Sabor del Norte: Fabada Asturiana

Uno de los mejores veranos que he pasado en mi vida fue cuando con 16 años mis abuelos paternos me llevaron a Asturias con ellos.

Allí, situado entre verdes montañas y atravesado por un riachuelo, se encuentra Sonande de Cibea. Una aldea típica asturiana a poco más de media hora en coche de Cangas del Narcea.

Aquel verano, el norte se estableció en  mi corazón y desde entonces solo he aprendido a amarlo más y más. Allí bajo un horreo descansan las cenizas de mi abuela. A ella le debo amar esa tierra y sentir que vuelvo de alguna manera a mis raíces cuando atravieso las montañas o cuando veo el mar Cantábrico.

Así que el reto de hacer hoy una fabada asturiana para comer con mi padre ha sido como un pequeño homenaje a mi abuela.

Por Reyes, una pareja asturiana amiga mía me regalaron unas buenas fabes y embutido asturiano de primera, así que había que cocinar una buena fabada para darles las gracias.

He de reconocer que la receta no es difícil. Lo que se requiere es tiempo, simplemente tiempo. Eso, y buena materia prima.


Pero no ha sido tan fácil como se antojaba. La receta la he sacado de internet. Hay multitud de variantes, pero básicamente todas llegan a la misma conclusión: Las fabes tienen que cocer a fuego lento.

Así que he cogido una cazuela de barro (quizás demasiado grande) y he puesto a cocer las fabes. Luego escribiré la receta con más calma, pero la primera media hora las fabes han de coger a fuego alto. El agua tiene que hervir. Pues bien, el agua no hervía, no había forma. Quizás la cazuela de barro era demasiado grande o había demasiada agua. O el fuego no se distribuía bien por toda la base de la cazuela. O estas fabes llevaban ritmo asturiano, pero no había forma de que el agua hiciera chuf, chuf. Ni modo.

La frase más repetida de esta mañana en la cocina ha sido: "Ya veras como arrancan a cocer. Le queda nada..." Pero las dichosas fabes...las muy cabro... no arrancaban a cocer.

No ha habido manera. Así que aunque la idea inicial era hacerlas en barro al final hemos tenido que renunciar y terminar haciéndolas en una cazuela normal y corriente.

Así que primer consejo, aunque no soy ninguna experta en la materia. Elegir una cazuela de barro, no muy profunda, pero aseguraros primero de que el agua hierve.

A pesar de todo, de ir apurados de tiempo, hemos comido a las tres y media de la tarde. Y no se si era el hambre o la impaciencia, pero yo creo que estaban buenísimas.

Aun así, no se por que, pero cuando se comen en el norte al lado de un buen fuego o a la orilla del mar, saben mucho mejor.

Os animo a probarlas. Pero sobre todo os animo a ir a comerlas allí, a Asturias.

4 comentarios:

  1. Me encanta!! cuando vamos a Asturias?besotes..Viki

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  2. Este domingo nos hemos animado a hacer la fabada!El sabado hemos ido al mercado y hemos comprado faba asturiana y "compango".El resultado estupendo :). Lo del fuego lento básico, y dejarlas reposar un ratito también, para que el caldo se engorde un poco. Nosotros hemos usado una cazuela normal, y han cocido muy bien.Como siempre estas cosas de cocido parecen estar más ricas al día siguiente, pero de lo que sobró ya tendréis que preguntar a otro por el sabor. Besotes

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  3. Que rico Tania!!! queremos fotos!!! gracias por contarnos la experiencia!!!

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